Con un total de ocho relatos, dos por cada localidad, he dado cuerpo literario a fábulas e historias, oídas en los hilanderos unas veces, otras imaginadas por mí mismo y cuya veracidad resulta hoy imposible de determinar pero que, en todo caso, son parte de ese poso cultural que ha dado forma a los pueblos de este ayuntamiento tan cercano a León.
Se trata de una obra de ficción en la que todo puede ser cierto y hasta es posible que nada, o casi, sea verdad. La salsa que liga los relatos, y que justifica el título, es el río Bernesga, humilde y maltratado pero espectador a lo largo de toda la historia conocida del municipio. Aunque sea un protagonista con un papel más bien secundario (los verdaderos actores son los hombres y las mujeres) se considera presente y testigo mudo de tantas historias sucedidas en torno a sus aguas y, por supuesto, inspirador de los relatos que componen la obra.